Cuidado personal durante desplazamientos internos

Verse obligado a abandonar el hogar a causa de un conflicto genera mucho estrés, además de pérdidas, miedo y dolor. Interrumpe las rutinas normales, la escolarización y los medios de vida. A menudo significa perder propiedades, alimentos y ganado, puestos de trabajo e importantes relaciones en la comunidad. Además crea miedo e incertidumbre en relación con la seguridad física, la alimentación y el refugio, y lo que puede ocurrir en el futuro. 

Ante esto, es importante responder a esta pregunta: ¿Qué puede hacer para mantener el bienestar cuando está desplazado de su hogar?

Puede sentir que no tiene energía ni tiempo para pensar siquiera en esa pregunta. Sin embargo, en momentos de estrés como este, es aún más importante que siempre planificar cómo puede conservar el bienestar físico y mental de la mejor manera posible. 

Dado que usted es un empleado de una ONG, es probable que ya haya sentido mayor presión para mantener a muchas otras personas de su familia que también se ven afectadas por el desplazamiento. Tampoco hay forma de saber cuánto tiempo estará desplazado, ni lo que puede ocurrir en el futuro. Todo esto significa que mantenerse lo más sano posible (física y mentalmente) es realmente importante. Tiene que cuidarse a sí mismo, en parte para poder seguir cuidando a los demás.

Es posible que se esté quedando en casa de familiares o amigos, o en un refugio o un campamento. Lo que más le ayude dependerá de sus circunstancias específicas y de cómo sea su personalidad. En esta hoja de consejos compartimos algunas sugerencias que pueden servir de ayuda. Mientras lee las recomendaciones e ideas que aparecen a continuación, piense en lo que es posible y en lo que puede ayudarle específicamente a usted, según su situación particular. 

Estrategias para mantener y mejorar su bienestar durante el desplazamiento

  • Mantenga grupos de relaciones importantes: Si es posible, trate de mantener a su familia unida y permanezca con personas de su comunidad o cerca de ellas. Las relaciones con la familia y los amigos son muy importantes para el bienestar, y permanecer estrechamente conectado con las personas que conoce, quiere y respeta durante este tiempo le ayudará mucho. 
  • Preste atención a la alimentación y al ejercicio: Cuando uno se ve desplazado de su casa puede perder el control sobre muchas cosas, incluso sobre lo que come y cuándo lo hace. Sin embargo, lo que come y si hace algo de ejercicio son importantes para el bienestar. En la medida de lo posible, intente asegurarse de que come con regularidad y de que ingiere el tipo de alimentos adecuados para mantenerse sano. Y ,si la seguridad lo permite, intente hacer algo de movimiento todos los días. Pruebe a dar un paseo por la mañana, a la hora de comer o por la noche. 
  • Ayude en lo que pueda: Dado que usted es un empleado de una ONG, muchas personas pueden estar buscando en usted liderazgo, orientación, información y asistencia. Esto podría parecer una carga adicional, pero también es una señal de que la gente realmente valora el papel que usted puede desempeñar durante este tiempo. Habrá muchas ocasiones en las que no podrá ayudar a otras personas durante este tiempo, por supuesto. Sin embargo, tiene muchas habilidades (por ejemplo, habilidades técnicas, habilidades de liderazgo). Considere la posibilidad de unirse a los comités de los campamentos o a los organismos organizadores de la comunidad, o de encontrar otras formas de ayudar a sus redes familiares y comunitarias. Si puede encontrar formas de utilizar las habilidades que tiene para ayudar a los que le rodean, ayudará a crear un sentido positivo de propósito y significado en medio del caos y la incertidumbre.  Esto le beneficiará a usted, así como a aquellos a los que ayuda. 
  • Trabajo: Si es posible, siga trabajando para el IRC o para otras agencias. Además de un sueldo, esto le proporcionará una estructura, acceso a información valiosa y un sentido de significado y propósito.
  • Participe en las comunidades familiares en la medida de lo posible. Les ayudará a usted y a los miembros de su familia si pueden participar en reuniones o celebraciones que sean importantes para usted, y en cosas que haría si estuviera en casa. Por ejemplo, si las reuniones religiosas han sido una parte importante de su vida, busque y asista a esas reuniones en su nueva ubicación.
  • Rituales y rutina: Intente crear o mantener algunos rituales que le ayuden a sentirse más tranquilo, presente, conectado y con los pies en la tierra. Pueden estar relacionados con lo que podría hacer si estuviera en casa (por ejemplo, comer juntos en familia, celebrar los cumpleaños u organizar y limpiar su espacio vital por las tardes). También pueden ser nuevas prácticas que adopte. Por ejemplo, cada día al levantarse podría ofrecer una oración o meditación para que el desplazamiento termine y el camino hacia adelante para usted y su familia sea más claro y fácil. 
  • Practique la gratitud: En momentos como este puede ser tentador centrarse en todo lo que se ha perdido y en lo que está amenazado. Sin embargo, especialmente cuando las pérdidas y las amenazas son reales y significativas, centrarse intencionadamente en las cosas por las que se está agradecido puede ser poderoso y estabilizador.  También puede hacer una rutina de esto. Por ejemplo, cada día al atardecer podría mencionar una o dos cosas del día por las que se sienta agradecido, o que hayan sido un momento positivo de paz, felicidad o inspiración. Durante la cena con su familia podría hablar de lo que ha ido bien ese día, de las cosas por las que está agradecido y de los detalles que le han aportado felicidad. 
  • Haga cosas que le ayuden a sentirse más instalado: Durante esta temporada puede ser muy difícil pensar en el futuro con esperanza y anticipación. Puede resultar tentador dejar de hacer cosas que normalmente haría si estuviera en casa (como plantar arroz o un jardín). Sin embargo, puede ser muy positivo hacer cosas como plantar un jardín o hacer una cortina para una ventana, incluso si no está seguro de cuánto tiempo va a vivir en su ubicación actual. 

Ayudar a los niños y a los miembros de la familia durante el desplazamiento 

Muchos de los consejos anteriores también ayudarán a su familia y a sus hijos. Sin embargo, he aquí algunos consejos específicos que pueden ayudar a los niños a sobrellevar mejor el desplazamiento.

  • Tranquilice a los niños lo mejor que pueda diciéndoles que están a salvo, que usted está ahí para ayudarles y protegerles, y que lo más probable es que esta situación sea temporal. Si puede, recuérdeles que lo importante es que están todos a salvo y juntos, y asegúreles que todos los adultos están tratando de encontrar una manera de que vuelvan a casa, y si eso no es posible construirán un nuevo hogar, juntos. 
  • Deles mucho afecto a los niños. Es probable que los niños estén asustados, inquietos y tristes, al igual que los adultos. Esto puede manifestarse de muchas formas diferentes, y el estrés a menudo se manifiesta en la forma en que los niños se comportan más que en lo que dicen. Algunos niños se vuelven menos habladores. Algunos se enfadan y se ponen difíciles. Algunos se vuelven pegajosos y quieren estar cerca de usted todo el tiempo. Deles mucho afecto, sonrisas y abrazos a los niños. Tocar a sus hijos con cariño, pasar un rato con ellos haciendo algo que quieran hacer (aunque sean solo 10 minutos al día) y dormir cerca de ellos les ayudará a sentirse más seguros y tranquilos. 
  • Proteja a los niños, en la medida de lo posible, de las noticias e informaciones angustiantes, así como de sus propias preocupaciones. Según la edad que tengan, procure darles suficiente información precisa para ayudarles a entender algo del panorama general, pero protéjalos cuando sea posible de los detalles angustiantes. Los niños pequeños suelen necesitar más la tranquilidad que la información, mientras que los niños mayores seguramente querrán tener la seguridad de que pueden acudir a usted para obtener información sobre lo que realmente ocurre. 
  • Cree rutinas regulares para los niños en la medida de lo posible.  Esto ayudará a estructurar el día y les dará a todos una sensación de previsibilidad y control que puede resultar muy útil. Por ejemplo, intente que los niños tengan una rutina consistente y tranquilizante a la hora de acostarse. 

Cree o mantenga las rutinas escolares si es posible. Organice clases improvisadas y otras actividades de aprendizaje o comunitarias (como juegos y deportes) si no hay escuelas establecidas.